En nuestra transición a una nueva economía de energías limpias y renovables, la eficiencia energética de los edificios desempeña un papel cada vez más importante.
El Real Decreto 235/2013, por el que se regula el proceso de certificación de la eficiencia energética de los edificios, tanto de los que están en construcción como de los ya existentes, se publicó ante la necesidad de dar cumplimiento a las exigencias de la Directiva Europea 2002/91/CE.
Esta certificación energética proporciona información sobre las emisiones de CO2 del edificio, así como del consumo de energía.
El sistema de evaluación establece siete niveles de certificación basados en el consumo energético y las emisiones de dióxido de carbono del edificio. Según las normas nacionales, se pasa de la «G» (la menos eficiente) a la «A» (la más eficiente).
Si vas a comprar una vivienda, tenlo muy en cuenta. El planeta y tu bolsillo te lo agradecerán.